Caso de estudio
Plan de Lectura
Una deuda pendiente
El proceso de alfabetización del siglo pasado heredó una deuda que los países de la región asumieron en diferentes medidas. Los planes del libro y de lectura se desarrollaron paulatinamente en países como México, Colombia, Chile y Argentina.
El Ecuador fue uno de los últimos países de Latinoamérica en asumir el reto, y lanzó un proyecto ambicioso, diseñado para articular a lectores, autores, editores, editoriales, bibliotecas e infraestructura.
Nuestro reto, como agencia ganadora de la licitación para comunicar el lanzamiento de este plan, fue lograr una comunicación accesible para todos los estratos y condiciones, tarea muy compleja, teniendo en cuenta que la sociedad ecuatoriana es sumamente heterogénea.
Leyendo escribimos nuestro presente
La estrategia fue clara: debíamos mostrar que la lectura es una actividad poderosa, capaz de cambiar no solo el futuro, sino nuestro presente, y este plan, con características nunca antes vistas en el país, era la oportunidad perfecta.
Pero, ¿leer es tan bueno como dicen? Suena a cantaleta vieja pero, en verdad, leer cotidianamente desarrolla habilidades y destrezas que pueden mejorar nuestra calidad de vida. Desde prevenir enfermedades como el alzheimer hasta favorecer la concentración y la empatía, los beneficios de la lectura son muchos porque, básicamente, la lectura nos hace más críticos y más conscientes del mundo en que vivimos.
Si bien sabíamos de los enormes beneficios de la lectura, debíamos convencer a la gente de experimentar con una actividad que de por sí, en el momento actual, se presentaba aburrida y poco entretenida.
Descubrimos que, a pesar de los bajos puntajes que el Ecuador obtuvo en las estadísticas sobre la lectura, leer era algo que hacíamos cotidianamente. ¡Leemos todo el tiempo! En internet, en el trabajo, en la calle, cuando vemos televisión, en el cine… solo debíamos empezar a aprovechar todos sus beneficios mediante un cambio en el tipo de lectura. Era necesario perder el miedo a leer conscientemente, empezar a leer por el gusto de leer, o sea, empezar a leer literatura.
Leí por ahí
Aprovechando esta “lectura diaria e inconsciente” diseñamos una serie de YouTube, “Leí por Ahí”, para hablar de Literatura.
La serie la presentaba a Sol y Matti, dos booktubers que, capítulo tras capítulo, mostraban que leer es algo tan vital como entretenido. La serie tuvo 16 capítulos y en cada episodio se hablaba de autores, de libros y de temas que en principio parecían no tener nada que ver con el libro y la lectura, pero que poco a poco iba seduciendo a los jóvenes a incursionar en este mundo.
Tres comerciales para todos los públicos
Además de la serie, desarrollamos 3 comerciales para llegar a los distintos targets que nos interesaba que se sumen al Plan.
El primero de ellos fue la presentación del Plan, que mostraba a los sectores que más se benefician. Otro comercial estaba dirigido a madres y embarazadas, pues mientras más temprano se inicie un niño con la lectura, más fuerte será el hábito. Y el último comercial contaba la historia que hay detrás de un libro, porque no se puede amar lo que no se conoce.