Caso de estudio
Fundación Museos de la Ciudad
Fundación Museos de la Ciudad necesitaba hacer una campaña de posicionamiento en todas sus redes sociales. Para encontrar una promesa que sea relevante, le hicimos algunas preguntas a nuestro grupo objetivo.
¿Qué buscan obtener las personas en su tiempo libre?
Qué es lo que más valoran de las experiencias culturales?
¿Qué hábitos de entretenimiento tienen?
¿Cómo ven y qué esperan de los museos?
Nuestro grupo objetivo
personas encuestadas
Estudiantes / Profesionales / Amas de casa
NSE Medio
Este estudio fue cualitativo, y NO representó una muestra estadísticamente significativa. Sin embargo, con los resultados pudimos determinar cuál era el problema.
Descubrimos que las personas tienen poco tiempo de ocio y ese es el tiempo que podían dedicar a actividades culturales.
Además, fue claro que en su tiempo libre las personas buscan entretenimiento pero también buscan aprender cosas nuevas, vivir nuevas aventuras: tener experiencias significativas.
También notamos que en la ciudad de Quito existe una gran oferta cultural, pero pocas marcas (institucionales o comerciales) garantizan la calidad de su oferta.
Por último, la encuesta nos demostró que nuestra audiencia conocía los museos de la FMC de manera individual, pero la mayoría de gente no sabía que pertenecen a una misma red.
Así llegamos a nuestro Insight:
“Mi tiempo libre es muy limitado, quiero usarlo en tener experiencias que sean diferentes cada vez y que, además de disfrutarlas, me enriquezcan, pero se me hace difícil encontrar los espacios y momentos que lo permitan”.
Y encontramos la Oportunidad:
“Una oferta cultural diversa, que sea fácil de encontrar, y tenga contenidos de calidad garantizada, de manera que los usuarios puedan esperar siempre buenas experiencias”.
Y en función de la naturaleza de nuestro cliente, vimos la Propuesta de Valor:
“Cada vez que visitas uno de los Museos de la Ciudad vives distintos tipos de experiencias que te hacen descubrir cosas nuevas sobre ti mismo”.
LO QUE NO SE DEBE HACER
Evitar la comunicación demasiado técnica e institucional (comunicaciones con texto largo y de tono demasiado formal).
Evitar imágenes saturadas, inentendibles, con datos aglomerados.
Evitar la comunicación autoadulatoria y que no refleje el valor para el usuario.
LO QUE SÍ SE DEBE HACER